Etapas de la partida
Una partida de ajedrez se puede dividir en tres partes: la apertura, el medio juego y el final.
La apertura
Al conjunto de jugada iniciales de una partida se le denomina apertura. Su objetivo es conseguir un buen desarrollo de las piezas para controlar el tablero y tener una buena posición que pueda dar ventaja más adelante en el juego.
Las más usadas tienen nombres propios, y hay más de 1327 aperturas reconocidas. Algunas de las más populares son la Ruy López, la apertura italiana, la defensa siciliana y el gambito de dama.
Las aperturas no son una única secuencia de movimientos, cada una tiene muchas variaciones y jugadas distintas de entre las que se puede elegir. A esto se le llama variantes o líneas, y hace que las primeras jugadas sean mucho más variadas e interesantes.
Se pueden clasificar en seis tipos:
Los juegos abiertos empiezan con 1. e4 e5 y suelen llevar a posiciones con muchas jugadas tácticas y líneas abiertas.
Los juegos cerrados se dan tras 1. d4 d5. Suelen conducir a posiciones lentas en las que los jugadores intentan obtener ventaja a largo plazo.
Los juegos semiabiertos empiezan con 1. e4, pero las negras no respondes con e5, sino que hacen otra jugada y se dan aperturas como las sicilianas, francesas o escandinavas.
Los juegos semicerrados son igual que los semiabiertos, pero en vez de jugar 1. e4, las blancas juegan 1. d4 y se desarrollan aperturas como la Defensa holandesa.
Las defensas indias empiezan con 1. d4 Cf6. Generalmente siguen la estrategia de controlar el centro con las piezas y atacar a los peones avanzados del oponente. Algunos ejemplos son la defensa india del rey y el nimzoindio.
Las aperturas de flanco empiezan con un movimiento de los peones c o f (peones de flanco) por parte de las blancas, por ejemplo, la apertura inglesa y la apertura Bird.
Generalmente, las estrategias tienen los mismos objetivos estratégicos, que suelen ser:
El desarrollo de las piezas para poder colocar las piezas como los caballos y los alfiles normalmente en casillas que sean más útiles para ganar al oponente.
Controlar el centro da ventaja sobre el tablero, porque de esta forma hay más libertad de movimiento para las piezas y se limitan las jugadas del oponente.
Para asegurar la seguridad del rey es importante enrocar a tiempo para mantenerlo a salvo del peligro.
Una buena estructura de peones es clave para una buena posición. Los peones avanzan para darle espacio al resto de piezas y las aperturas intentan evitar crear debilidades en las cadenas de peones, pero crearlas en las del oponente.
El final
El final, como indica su nombre, es la última fase de la partida.
Esta fase se diferencia de las otras dos principalmente porque quedan muchas menos piezas, y las estrategias cambian.
Los peones se vuelven muy importantes en los finales, y la mayoría de veces, el objetivo de los jugadores es promocionarlos para obtener una dama, o una torre, y en pocos casos, un caballo o un alfil.
El rey se convierte en una pieza muy importante en el final, principalmente de ataque. A diferencia del medio juego, donde el rey debe permanecer protegido para evitar el jaque mate, en los finales se activa y suele ir al centro para proteger sus peones y atacar los contrarios.
En el final se pueden dar situaciones de Zugzwang. El Zugzwang es una situación de desventaja que sucede cuando cualquier movimiento que haga el jugador le llevará a perder la partida. Es como una sentencia de muerte, cualquier jugada significará la derrota. Es más común que suceda en los finales, pero también se puede presentar en las otras etapas de la partida, aunque es más raro.
Según el tipo de piezas que queden en el tablero, podemos clasificar el final en tres tipos:
Los mates básicos son posiciones en las que uno de los jugadores tiene una o dos piezas y el otro sólo un rey, por lo que es fácil dar jaque mate.
Los finales de rey y peones no tienen piezas mayores, y el objetivo es promocionar los peones para dar jaque mate.
Luego hay otros finales más complejos que dependiendo de las piezas que haya se llamarán de una forma u otra. Por ejemplo, final de torre contra torre y peón, o final de caballo y alfil contra torre, etc…
No necesariamente todas las partidas van a llegar al final, pueden acabar en el medio juego o incluso en la apertura. Nunca está asegurado que se darán las tres fases en una partida.
Tampoco tiene por qué haber una victoria y una derrota. La partida también puede acabar en tablas.
El medio juego
Después de la apertura viene el medio juego. Esta es la fase en la que todas o la mayoría de las piezas se han desarrollado (se han sacado de sus casillas iniciales) y los jugadores empiezan a crear planes de ataque y defensa según la posición del tablero.
Cada apertura lleva a una posición distinta, por lo que hay elementos claves como la estructura de peones que pueden dar lugar a distintas jugadas estratégicas según la posición de las piezas, o a la creación de estructuras defensivas, etc. Todo ello dependerá del interés del jugador y de la disposición de las piezas.
Durante todo el juego, los ajedrecistas analizan la posición para intentar averiguar los mejores movimientos, pero es muy importante saber analizar la posición en el medio juego para saber si conviene cambiar piezas y transformarlo en un final o hacer un sacrificio para obtener una ventaja o ver si merece la pena atacar o defender una pieza.
Una pequeña ventaja material puede convertirse en una victoria más adelante en el final, pero es importante no dejarse llevar, porque tan pronto como podemos obtener una ventaja, también la puede obtener el oponente. Las cosas pueden cambiar muy rápido en el medio juego.
Llega un momento en el que las piezas van siendo capturadas y se simplifica la posición. Entonces se llega a la tercera y última etapa de la partida: el final.
Resultados de la partida
Las partidas pueden acabar por la derrota de uno de los jugadores o por tablas.
Los jugadores pueden perder por tres motivos:
El primero de todos es el jaque mate, si uno de los jugadores consigue dar jaque mate al otro, la partida se acaba y se declara ganador al jugador que ha dado jaque mate.
Si se agota el tiempo de uno de los jugadores, este pierde automáticamente. No todas las partidas tienen cronómetro, pero las partidas de competición siempre son con reloj, ya sea 1 minuto o horas.
Uno de los jugadores puede rendirse y le da la victoria al otro. Esto puede suceder por muchos motivos, una mala jugada, una posición difícil… pero independientemente del motivo, cuando uno de los jugadores se rinde, se acaba la partida y se determina el ganador.
El empate en ajedrez es llamado tablas, y ningún jugador gana ni pierde, simplemente, la partida es nula y no gana nadie.
Las tablas por ahogado se dan cuando el jugador que tiene que mover no puede hacer ningún movimiento legal. No puede mover el rey porque si no se pondría en jaque, y tampoco puede mover ninguna otra pieza, o bien porque no tiene, o bien porque están bloqueadas. Es importante saber que cuando se dan tablas por ahogado, el rey no está en jaque, simplemente no se puede hacer ninguna jugada para seguir el juego sin incumplir las normas.
Las tablas por jaque continuo suceden cuando se llega a una posición en la que uno de los jugadores puede dar jaque constantemente, pero no mate. Se llega a una serie de movimientos que puede continuar infinitamente, sin vencer ningún bando, por lo que se declaran tablas.
Las tablas por falta de material ocurren cuando ninguno de los dos bandos tiene piezas suficientes como para dar jaque mate. Generalmente suelen quedar los reyes solos o con un caballo o un alfil.
Las tablas de común acuerdo se dan cuando uno de los contendientes hace un movimiento y le ofrece tablas al otro. El otro puede tanto aceptarlas como rechazarlas. Si las acepta se acaba la partida, y si no, se continúa.
Las tablas por repetición de posición suceden cuando en la partida se repiten los mismos movimientos por parte de ambos bandos tres veces.